Desde hace ya más de un año, la Concacaf se perfila como la confederación favorita para ser la sede de la Copa Mundial 2026, y durante el mismo lapso de tiempo se ha hablado de una candidatura conjunta entre México y Estados Unidos, a la cual en ocasiones se suma a Canadá, para hacer frente a la organización de dicho mundial.
La sede conjunta, algo que sólo ha ocurrido una vez en el futbol internacional, cuando Japón y Corea del Sur colaboraron para organizar el mundial de 2002, es visto como la mejor salida para organizar el primer mundial de 48 selecciones nacionales. Una iniciativa del actual presidente de FIFA, Gianni Infantino, para que mas naciones sean parte del evento y hacerlo mas universal, una iniciativa ya criticada por la baja de calidad que implica para el torneo de futbol más importante a nivel mundial.
Tras mucho adelantar la candidatura conjunta, hoy se hizo el anuncio oficial de la misma: Estados Unidos, Canadá y México buscarán juntos el mundial. Pero los detalles de la candidatura dejan como resultado que hay un único país que gana, Estados Unidos, que sería sede de 60 de los 80 partidos del campeonato, incluyendo todos los de cuartos de final en adelante.
En contraste, México y Canadá se quedan con migajas, cada uno será sede de sólo 10 encuentros, en su mayor parte de primera ronda.
Las condiciones son claramente humillantes para México, y la Federación Mexicana de Futbol ha cometido un gravísimo error al aceptar estas condiciones que no van a dejar satisfecho a ningún aficionado en el país. Pero veamos la situación más a fondo, para comprender como es que Estados Unidos ha dado un golpe maestro, y las consecuencias negativas que esto va a tener para México.
Estados Unidos busca la sede del mundial
Después de organizar la Copa Mundial de 1994, la última con 24 selecciones y la última celebrada en un país de Concacaf hace 23 años, Estados Unidos ha sido el país de la región que con más interés ha buscado organizar un mundial de futbol de nuevo.
Los estadounidenses quieren impulsar el crecimiento de este deporte, en el cual su nivel ha subido considerablemente desde que inició el siglo XXI, además de sacar provecho del negocio que implica ser el país sede.
La mejor oportunidad para los estadounidenses vino cuando Joseph Blatter designó en un solo proceso a las sedes de los mundiales de 2018 y 2022.
Los gringos tenían entonces un enorme apoyo dentro del país para competir por la sede, tenían una infraestructura completa, y el tiempo sin mundial para Norte América ya pesaba a su favor.
Además, y dado que el mundial de 2018 iba a ser para Europa, Estados Unidos sólo tenía que imponerse en votación a las candidatas de Asia: Japón, Australia, Qatar y Corea del Sur, quienes probablemente dividirían los votos de los simpatizantes de este continente. Para acabar de fortalecer su apuesta y dado que sólo unas pocas personas votaban por elegir a la sede, Estados Unidos tenía un acuerdo con Inglaterra, de modo que cada país apoyaría la candidatura del otro.
Sin embargo, todas las buenas perspectivas fueron fulminadas por la corrupción. En la cada vez mas sucia FIFA de Joseph Blatter, los sobornos se impusieron y Rusia y Qatar se impusieron al resto de las candidaturas con una estrategia que combinó desde el soborno a los delegados que votaron por las sedes, hasta la manipulación de la votación para eliminar de la competición a las más fuertes candidaturas rivales.
El caso acabó por tirar a Blatter, y a otros dirigentes, pero Rusia y Qatar conservaron su mundial dejando al resto de los participantes con un amargo sabor de boca.
México y Canadá buscan el mundial
En contraste con el fuerte interés de Estados Unidos en el evento, México y Canadá hicieron esfuerzos mucho más modestos por organizar una Copa Mundial.
De parte de los canadienses, nunca existió una candidatura formal. Los dirigentes del futbol en aquel país solían hablar de lo bueno que sería para ellos tener el evento para impulsar el deporte, de como eran el único país del G8 (la élite política y económica del mundo) que nunca había organizado el evento, y de como contaban con toda la infraestructura. Pero la falta de interés de su población en el futbol llevó a que nunca dieran el paso definitivo para organizar el mundial de futbol.
México, por su parte, se inscribió para participar también en el proceso para buscar la candidatura del 2018 o el 2022. Pero se retiró antes de que las campañas formales iniciaran.
Antes de eso, pidió también la sede del 2002, pero sin que hubiera una votación, este mundial se asignó a Asia con Japón y Corea dejando a los aztecas sin la posibilidad de tenerlo.
Copa Mundial 2026
Con la élite corrupta de Blatter eliminada de FIFA, con un mundial expandido a 48 equipos y con la necesidad del organismo de futbol de limpiar su imagen, se presenta la elección de la sede de la Copa Mundial 2026, que tiene varias particularidades, y es aquí donde Estados Unidos dio un golpe maestro.
Aunque no es una regla fijada en piedra, la FIFA prefiere que las sedes de los mundiales vayan rotando entre continentes para que la fiesta del futbol llegue a todo el mundo.
De este modo, es prácticamente imposible que un país de Asia se postule para organizar el mundial de 2026, pues después de que el 2022 sea en Qatar, los países de la región saben que simplemente no van a ganar.
Europa la tiene más fácil, debido a que no organizaría mundiales de futbol consecutivos, pero aún así Rusia estará muy cerca en el tiempo para que una candidatura de este continente pueda ganar en caso de que exista una opción factible en otro lado del mundo.
Quedan cuatro confederaciones como opción y, aunque Colombia ha expresado interés en participar como candidata en la Copa Mundial 2026, lo más probable es que al final la Conmebol se autodescarte, pues la mira de esta Confederación está puesta en que Argentina y Uruguay ganen la sede en 2030, cuando se celebrará el centenario de los mundiales de futbol que iniciaron precisamente en Uruguay.
África, si bien tiene interés, difícilmente encontrará un país o grupo de países con la infraestructura que les permita organizar un mundial de 48 equipos. Hay que recordar que Sudáfrica en 2010 ya tuvo sus problemas, y si bien Marruecos suena como candidata, su principal fortaleza radica en el simple hecho de que han competido por la sede y la han perdido en 1994, 1998, 2006 y 2010. Esto los convierte en el país que mas intentos frustrados ha hecho de recibir un mundial y su argumento sería que ya les toca.
Finalmente Oceanía sólo tiene un país capaz de organizar un mundial, Nueva Zelanda, que ha mostrado poco interés, sobre todo desde que Australia descartó una candidatura conjunta.
Así, los únicos rivales reales que pueden evitar que Estados Unidos gane la sede de la Copa Mundial 2026 son precisamente México y Canadá.
Al invitarlos a formar parte de esta "candidatura norteamericana" y regalarles 10 partidos de primera fase en lo que desde donde se le mire es un mundial que Estados Unidos puede organizar solo, los gringos están garantizando que ya no tendrán un rival que pueda quitarles el mundial.
México y Canadá pueden organizar un mundial, aún si es de 48 equipos, y al aceptar doblegarse dentro de esta dispareja propuesta, simplemente se están autodescartando, y aceptando migajas para tener una pequeña probadita de lo que va a ser una fiesta ajena.
¿Qué pierde México?
Desde el momento en que se anunció el plan el 10 de abril por la mañana, las voces en contra de esta propuesta han abundado en México, y con toda razón. Pero las consecuencias de aceptar doblegarse a Estados Unidos son más graves.
Para empezar, está el simple orgullo. Siempre que se ha presentado una candidatura conjunta para un evento futbolístico, se presupone que esta será en condiciones de igualdad entre todos los países sede.
Así fue en el mundial de 2002 donde Japón y Corea del Sur tuvieron los mismo partidos, y así ha sido en las eurocopas de Holanda/Bélgica, Suiza/Austria y Polonia/Ucrania. México sería así el primer país que acepta ser parte de un equipo en condiciones tan desequilibradas, y además cede ante el que es un poderoso rival deportivo, cosa que simplemente no se debe hacer.
En segundo lugar está el hecho de que renunciar de este modo a encabezar la organización del mundial es innecesario.
México ya organizó dos copas del mundo, superando su no siempre favorable situación económica, y en ambos momentos: 1970 y 1986, pasó la prueba con honores. Organizó la Copa Mundial sin ningún problema, hizo del evento una fiesta nacional y futbolísticamente fueron dos de los mejores torneos que se recuerdan.
Otra cosa sería si el país nunca hubiera sido sede, si se supiera carente de infraestructura y de experiencia, o si supiera que ésta es la única forma de ser parte de una Copa Mundial. Pero esto es absolutamente falso, así que no hay razón para aceptar migajas.
Finalmente, está el hecho de que, en caso de que esta "candidatura norteamericana" gane y sea la sede de la Copa Mundial 2026, México se habrá dado un tiro en el pie.
Al recibir estos 10 partiditos, el país será considerado una sede en todo derecho, y de ese modo se autodescartará como posible candidato para un futuro mundial por lo menos durante 20 o 30 años.
Es posible que este no sea el momento adecuado para que México busque un mundial por si solo al no poder hacer la inversión requerida. Pero eso no es razón para autoeliminarnos de la competencia a cambio de una limosna durante todo el futuro cercano. ¿quién dice que para los 2030 o 2040 México no estará en condiciones de buscar su tercer mundial en condiciones dignas y de dar a su afición la fiesta que se merece? ¿verdaderamente queremos perder la posibilidad por ver 10 partidos, posiblemente entre países de bajo nivel debido al mundial ampliado, y en sólo 3 o 4 ciudades del país negando al grueso de la población la emoción de un mundial en casa?
¿Qué gana México con esta candidatura? absolutamente nada. Lo único que se me ocurre es que los dirigentes de la Federación recibieron un fuerte billetazo a cambio de doblegarse, y por ello no les importa todo lo negativo que esta candidatura trae.
¿Qué puede pasar?
El enojo ya salió a relucir, pero seguramente la apuesta es a que con el tiempo y con alguna campaña todo se olvide, y la afición mexicana acepte esta humillante candidatura. No debe ser así.
México no debe aceptar una sede conjunta si no es en igualdad de condiciones, y por ende hay que renunciar a ser parte de esta farsa. La afición debe alzar la voz y exigirlo. Dejemos esta limosna de 10 partidos a Canadá, a quienes esto si les puede convenir por no tener tanto interés en el futbol, y dejemos a los dos países angloparlantes solos.
Si México puede hacer una inversión adecuada para buscar la sede, entonces lancemos una candidatura en solitario o con el apoyo de alguna nación de Centroamérica. Si no podemos, entonces no participemos en este proceso, y esperemos un mejor momento para el país en el futuro.
Ante el enojo ya se han escuchado propuestas que buscan disminuirlo como el asegurarnos que se buscará que el Estadio Azteca sea sede de la inauguración. Tal vez vengan más de estas como ofrecernos organizar la Copa Confederaciones del 2025. Pero esto son más limosnas para acallar las críticas, y no deben aceptarse. ¿hay alguna razón por la que el Azteca no deba aspirar a hacer historia celebrando su tercera final de un mundial?
Por otro lado, la voz del propio Decio de María ha buscado disminuirnos y aceptar que no podemos aspirar a mas porque Estados Unidos tiene mucho mejor infraestructura.
Así es, pero esto no es razón para pensar que no estamos a la altura de organizar un gran evento.
Si México no renuncia a las migajas, otra cosa que se puede hacer es luchar contra la candidatura y exigir algo más justo.
No hay una sede que pueda ganar si no tiene apoyo de la población del país. Si la afición mexicana dice claro, fuerte y constantemente que no va a aceptar esto y que no quiere un mundial así, la fuerte candidatura puede descarrilar y si esto sería trágico para Estados Unidos, sería positivo para nosotros.
Muy mal a la Federación por tocar un nuevo fondo y por humillar a México.
U obtenemos una sede compartida en igualdad de condiciones, o no debemos ser parte de ella.
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