Los alemanes votaron para aprobar un plan de inversión de 7.4 millardos de euros que se requería para que la ciudad alojara el evento, pero un 52% de los 650,000 votantes se declararon en contra del mismo.
La celebración de los juegos si obtuvo apoyo en la ciudad de Kiel, cercana a Hamburgo y donde se habían programado las pruebas de Vela. Ahí dos terceras partes de los votantes aprobaron el proyecto, pero muy pocos electores se presentaron a las urnas, y no pudieron contrarrestar el no de los ciudadanos de Hamburgo.
En vista del rechazo el Comité Olímpico Alemán anunció que la opinión de la gente era clara, y que no presentarían un proyecto diferente en busca del apoyo público, poniendo fin a la candidatura.
Ésta es la segunda vez que una candidatura alemana es retirada de la competencia siguiendo un referéndum público, siendo la anterior el intento de Múnich de presentarse en la carrera de 2022, que eventualmente ganó Pekín.
El retiro de Hamburgo deja a cuatro ciudades en competencia: París, Roma, Budapest y Los Ángeles, y empieza a echar sombra sobre el proceso de selección que, ya rumbo a 2022, se vio ennegrecido por el retiro del 60% de las ciudades candidatas originales.